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Embarazo en invierno: guía básica para pasarlo bien

Ya sabemos que en general el embarazo es una etapa en la que se extreman los cuidados. Si esto sucede en invierno, con el endurecimiento de las condiciones climáticas, hay que extremar algunas precauciones. 

Aquí te dejamos cinco consejos que ayudan a tener una gestación saludable durante la temporada más fría del año. 

1. Abrígate bien

Aunque esta recomendación suena evidente, es mejor no darla por hecha. Para abrigarse de manera apropiada, se aconseja utilizar muchas capas: varias prendas finas en lugar de una sola muy gruesa. De ese modo, se hace mucho más sencillo adecuarse a los posibles -y a veces inevitables- cambios de la temperatura del ambiente (al entrar o salir de sitios con calefacción, la presencia de corrientes de aire, los propios sofocos ocasionados por el embarazo, etc.).

Por otra parte, hay que prestar especial atención a las manos, los pies, las orejas y otras partes del cuerpo que puedan quedar descubiertas, para tratar de evitar que el calor corporal se pierda por ellas. Guantes, orejeras, gorras y otras prendas son buenas aliadas para cuando a las gestantes no les quede más remedio que exponerse a temperaturas muy bajas.

2. Mantén una dieta saludable

Durante el embarazo, las necesidades nutricionales son más exigentes que las calóricas. Esto quiere decir que se deben ingerir más proteínas, vitaminas, calcio, yodo, fósforo, magnesio y hierro. Es decir, la gestante no necesita comer mucha más cantidad, pero sí que debe ocuparse de la calidad nutricional de su dieta.

Durante los meses de frío, el clima y la tradición invitan a comer de forma más copiosa guisos, potajes y otros platos contundentes. Pues bien, la clave en este sentido está en procurar un equilibrio que permita a la embarazada cumplir las necesidades nutricionales de esta etapa y que, a la vez, se quede satisfecha y no coja peso en exceso. 

3. Realiza actividad física

Existen muchas razones por las que realizar ejercicios durante el embarazo ofrece beneficios tanto para la madre como para el bebé. La actividad física moderada mejora el humor de la mujer, reduce su sensación de cansancio, la ayuda a prepararse para el parto y favorece la recuperación del cuerpo después del nacimiento de su hijo.

Si bien en el invierno a menudo genera una mayor pereza, a estos beneficios se suma el hecho de que con el ejercicio aumenta el calor corporal, lo cual contribuye a sobrellevar mejor las bajas temperaturas.

4. Protégete ante la gripe y los resfriados

«Las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables a las infecciones por gripe«, tal como destaca un documento de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la aplicación de «una vacuna trivalente inactivada en cualquier estadio de la gestación». Este consejo se basa en «pruebas de que hay un riesgo considerable de enfermedad gripal grave en este grupo y en pruebas de la inocuidad de la vacuna contra la gripe estacional durante el embarazo y de su eficacia para prevenir la gripe, tanto en las madres como en los lactantes pequeños, en quienes también se observa una elevada carga de morbilidad».

Además de la vacuna antigripal, se recomienda a las gestantes que procuren no entrar en contacto con personas que padezcan gripe u otra de las enfermedades respiratorias tan comunes en invierno (bronquitis, neumonía, etc.), así como acudir al médico ante la sospecha de estas enfermedades y evitar automedicarse.

5. Aprovecha los días o los ratos de sol

La vitamina D desempeña un papel fundamental durante el embarazo, ya que regula -junto a otras hormonas- el metabolismo del calcio, el cual resulta vital para el desarrollo óseo del bebé. Y uno de los modos principales en que el cuerpo produce la vitamina D es a través de los rayos solares. Por ello, durante el invierno es aconsejable que la gestante esté atenta para sacar el máximo partido posible a los días o los ratos de sol, que en estas épocas escasean. Los paseos, además, son un estupendo ejercicio físico. Y, si se pueden realizar en un parque u otro espacio natural, el contacto con el aire puro y los elementos multiplican sus beneficios.

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