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Clínica de fertilidad | Avantia

El blog de la fertilidad

Inteligencia emocional y Reproducción asistida

¿CONOCEMOS NUESTRAS EMOCIONES?

Si pensamos detenidamente en la importancia de nuestras emociones en nuestra vida diaria, nos daremos cuenta de que son muchas las ocasiones en las que éstas nos influyen, aunque no seamos conscientes de ello en el momento. Concretamente, ante un tratamiento de reproducción asistida las emociones están muy presentes durante todo el proceso y pueden influir en nuestro bienestar.

La inteligencia emocional en la reproducción asistida

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

La inteligencia emocional es un aspecto psicológico que se define como la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones. Así pues, la Inteligencia Emocional nos ayuda a entender de qué manera podemos influir de un modo adaptativo y eficaz sobre nuestras emociones y en nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. 

Este aspecto tiene un papel fundamental en las estrategias de adaptación a las circunstancias de vida que se nos van presentando, como por ejemplo, enfrentarnos a un tratamiento de reproducción asistida, así como en nuestra forma de socializar con las personas de nuestro entorno. Cuanto más comprendamos estos aspectos de nosotros mismos, mejor serán nuestro bienestar psicológico y nuestro desarrollo social.

Elementos de la Inteligencia Emocional

Los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son los siguientes:

1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)

Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. 

Por ejemplo, este aspecto nos puede ayudar a no tomar decisiones cuando estamos en un estado psicológico poco equilibrado. Tanto si nos encontramos demasiado alegres y excitados, como si estamos tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán mediadas por la poca racionalidad. Así pues, lo mejor será esperar unas horas, o días, hasta que volvamos a tener un estado mental relajado y sereno, con el que será más sencillo poder valorar la situación y tomar decisiones mucho más racionales.

2. Autorregulación emocional 

El autocontrol emocional nos permite reflexionar y manejar nuestras emociones, para no dejarnos llevar por ellas ciegamente. Consiste en saber detectarlas, saber cuáles son transitorias y cuáles son duraderas, así como en ser conscientes de qué aspectos de una emoción podemos aprovechar y de qué manera podemos relacionarnos con el entorno para restarle poder a otra que nos daña más de lo que nos beneficia. En cierto sentido, buena parte de la regulación de las emociones consiste en saber gestionar nuestro foco de atención, de manera que no se vuelva contra nosotros y nos sabotee. 

3. Automotivación

Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los imprevistos.

Gracias a la capacidad de motivarnos a nosotros mismos para llegar a las metas que racionalmente sabemos que nos benefician, podemos dejar atrás aquellos obstáculos que solo se fundamentan en la costumbre o el miedo injustificado a lo que puede pasar.

4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)

Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos relacionamos.

Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan. 

5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)

Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad en muchos ámbitos de nuestra vida. Y esto pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos dan muy buenas vibraciones.

Así, gracias a la Inteligencia Emocional vamos más allá de pensar en cómo nos hacen sentirnos los demás, y tenemos en cuenta, además, que cualquier interacción entre seres humanos se lleva a cabo en un contexto determinado. En definitiva, la Inteligencia Emocional nos ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten de un modo que nos hace sentirnos de cierta manera, y a partir de ahí decidir cómo reaccionaremos ante lo que otros digan o hagan.

Ante los problemas de fertilidad, es muy común que se desencadenen multitud de emociones que pueden hacernos sentir desbordados en algunas ocasiones. Por ello, mejorar nuestra Inteligencia Emocional nos puede resultar útil a la hora de manejar todas estas emociones, y por tanto, de afrontar de una manera más adecuada y adaptativa todo el proceso. 

Para cualquier duda y/o consulta que queráis hacer, podéis contactar con nosotros dejando un mensaje en la casilla de comentarios (debajo de este artículo) o visitando nuestra Webdonde tenéis un formulario de contacto y nuestro número de teléfono: 958 08 10 49.

“Clínica Avantia, donde nace la felicidad”

Marta Fernández Domingo.

Unidad de Psicología, Clínica Avantia de Fertilidad

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